Todas las personas tenemos miles de pensamientos al día. Algunos son positivos, otros neutros y, por supuesto, también los hay negativos.
Según una publicación de la revista «Muy interesante»:
<< El filósofo y físico Inglés Robert -Hooke (1635-1703) estimó que la mente era capaz de contener 3.155.760.000 ideas distintas.
Se quedó cortísimo, si tenemos en cuenta la cifra estimada recientemente por el periodista británico Mike Holderness en la revista New Scientist: 10 elevado a 80.000.000.000.000, una cifra que supera el número de átomos que hay en el universo. El cálculo se basa en la cantidad de neuronas que caben en la cabeza y las conexiones de todas estas células entre sí.>>
EL TOC quiere que se le haga caso.
Quiere ser el protagonista y que de todos esos miles de pensamientos que tenemos a diario, el sea el que prevalezca en nuestra mente.
Quiere que le creamos. Que le prestamos toda nuestra atención.
Lo peor es que lo consigue…
En la web «la mente es maravillosa» encontré un post acerca de este protagonismo que desea el TOC:
<<9 cosas que el trastorno obsesivo compulsivo no quiere que sepas>>
¡Échale un ojo! Los psicólogos a los que he consultado y mi experiencia propia en algunos casos, confirman que esto es así… seguro que tu también lo sabes…
Interesante, ¿verdad?
Aún así, el hecho de que hasta ahora el TOC nos esté sobrepasando o dominando, no quiere decir que vaya a ser siempre de esta forma.
¡Ni hablar!
No podemos permitir que los pensamientos que el TOC nos marca como prioritarios en nuestra mente sean los que destaquen.
No podemos dar el poder al TOC.
No podemos sobrevalorar sus pensamientos.
Son intrusivos, irreales y nos convierten en esclavos. No hace falta que te lo diga…
Por eso he titulado así este post. Porque nosotr@s, nuestra mente real y nuestro YO, saben distinguir perfectamente qué pensamientos son nuestros y cuáles no; qué miedos reales son los ciertos y cuáles son infundados, absurdos y producidos por el TOC.
¡Lo sabemos!
Somos conscientes de ello.
Y esa es nuestra gran ventaja.
Darnos cuenta de que los pensamientos del TOC no tienen sentido (aunque «tengamos» que obedecerles), supone subir un escalón más hacia la libertad.
Porque aunque nuestro comportamiento incluso en ocasiones nos parezca incoherente, somos plenamente conscientes de la contradicción y el surrealismo que nos genera este trastorno.
Así que… ¡¡Vamos a aprovechar esa consciencia!!
Vamos a utilizarla para recuperar nuestra mente, para conectar con nosotr@s mismos en vez de con el TOC; vamos a ponerle lógica a todo pensamiento y también confianza. Dejemos de darle prioridad y sobrevalorar lo que el TOC nos dice.
Sé que hay que hacer un esfuerzo tremendo… créeme que lo sé porque como tú, lo he vivido y aún lo sigo viviendo.
Hay que vencer miedos, angustia y ansiedad, ataques de pánico, rumiaciones posteriores…
¿Pero sabes?, merece la pena intentarlo. Al menos hay que probarlo.
¿O acaso queremos pasar así el resto de nuestra vida? ¡Nooooo! Ningun@ queremos.
Por eso tenemos que reunir fuerzas y confianza, serenidad y calma, valentía, arrojo, coj… (perdón) e ir a por ello.
Seamos los dueños de nuestra vida. Nos lo merecemos.
Ya es hora. Llevamos mucho tiempo sufriendo.
¿Hasta cuándo seguiremos malviviendo?
¿Hasta cuándo seremos esclavos del TOC?
Hasta dentro de muy poco. Seguro.
Porque tenemos claro que no queremos seguir viviendo así.
Y son esas ganas de que todo esto pase y la consciencia de lo que nos ocurre, las que sacarán lo mejor de nosotr@s para por fin vivir una existencia libre y tranquila.
Y tú… ¿tienes algún método para intentar suavizar la sobrevaloración del pensamiento?
Deja un comentario y… ¡cuéntanoslo!
Mente y TOC 